Folclore

Antequera, por su situación geográfica, es cruce de caminos, lo que explica que por ella hayan pasado a lo largo de los siglos todo tipo de gentes y culturas. Sin embargo, a pesar de este trasiego, conserva intacto desde antaño un cante y un baile que la define: el Fandango Antequerano.

Como sucede en la mayoría de los bailes populares, el fandango antequerano nació para la conquista y el coqueteo entre hombres y mujeres. Los pasos de este baile lo muestran claramente, con los devaneos, engaños, cambios de pareja para terminar con la pareja elegida en un princio, final feliz.

A diferencia de otros bailes más conocidos de Andalucía, el fandango antequerano es un baile reposado y ceremonioso que, a pesar de su carácter popular, se asemeja más a un baile de salón. Aunque no hay un número determinado de estrofas, suele bailarse en dos partes, de tres estrofas cada una, las cuales se componen de un paso de baile y de un paseíllo que se repite en todas ellas.

Tanto la música como la letra y los instrumentos que acompañan a este baile también son populares. En este sentido, cabe destacar la utilización de un instrumento casero, el almirez, que va marcando el compás del fandango.

El fandango se bailaba en todas las fiestas populares, en plazas, cortijos y en romerías, jamás fue bailado en los tablaos, por lo que no llegó a prostituirse. Pero en 1556, el prelado Bernardo Manrique lo prohibió, por ser un baile muy movido y provocador. Fue así como dejó de bailarse en la ciudad, pero la prohibición no pudo llegar al campo, donde seguió bailándose en los cortijos, en reuniones familiares, en Navidad y en cualquier otra celebración, por lo que en los años 40 del siglo XX, la Sección Femenina lo pudo recuperarlo, y llegó a ser bailado por un grupo de antequeranos el 8 de julio de 1944 en el Real Sitio de San Lorenzo del Escorial, ante el Jefe del Estado español, y fue retransmitido por Radio Nacional y por el NO&DO. Este hecho sirvió para que reconocer que Antequera poseía una joya dentro folclore español.

Aparte del fandango, nuestra ciudad también tiene dos canciones que forman parte de su folclore: la zapatilla, canción propia de reuniones familiares y celebraciones, principalmente de la Navidad; y el feliciano, canción típica de excursiones y paseos de campo, que lleva aparejado un baile a modo de pasacalles.

Junto este baile característico de Antequera encontramos los Trajes Típicos Antequeranos que se caracterizan por su elegancia.

La mujer viste falda y corpiño. La falda y mangas son de seda de colores alegres, rizada a la cintura, con mucho vuelo y a media pierna, adornada con una o dos tiras de encaje ancho negro o beige. El corpiño de terciopelo negro, muy ceñido y con mangas cortas de farolillo y adornadas igualmente con encajes estrechos compañeros a los de la falda. Abrochado con cordones, escote redondo, amplio en la delanera y discreto a la espalda, con faldones que cuelga de la cintura y adornados con botones grandes forrados de seda.

El traje se viste con enaguas y puchos blancos y se complementa co medias de garbanzos de hilo blancas, tejidas a mano. Los zapatos son negros de tacón, con lazos que se entrecruzan a la pierna. La cabeza va adornada con un tocado de encaje sobre claveles, luciendo en el centro un broche de orfebrería típica antequerana , al igual que los pendientes. El toque final lo pone un camafeo que va anudado al cuello con un lazo de terciopelo negro.

Por su parte, el hombre viste traje de paño en colores discretos, con chaquetilla corta muy ajustada, en los picos de la delantera, en los codos y en la espalda luce sobrepuestos de fieltro a modo de flor de liz. El pantalón ajustado y corto, con cintura alta. Los botones, tanto de la delantera y bocamangas de la chaqueta como de los bajos del pantalón van adornados con lazos negros y caireles. La camisa blanca de algodón con cubrebotones y fajín rojo a la cintura.

Completa el conjunto un pañuelo anudado a la cabeza, a modo de bandolero, y catite negro. Así como botos al tobillo y polainas que se ajuastan a la pierna.